Hoy me senté a escribir sobre las relaciones. Sobre la
necesidad de la confianza mutua, de la sinceridad y la importancia de la
palabra. Escribí varias páginas sobre la necesidad de estar atentos a la
violencia, a la sumisión, a los roles y a los mandatos sociales a la hora de
formar una pareja. Escribí sobre la pasión, sobre el amor, sobre el paso del
tiempo.
Crecí escuchando la historia de la media naranja, de la
familia tipo y los príncipes azules. Si me dejaba llevar por mi enojo ante los
fracasos del amor, me iba a inclinar a una vida solitaria. Si me dejaba llevar
por los mandatos sociales, iba a formar pareja con quien más o menos se
adecuara a mis gustos y ahí se iba a acabar toda la cuestión. No importa que la
otra persona me comprenda y me quiera, importa que encaje en los parámetros
sociales. Por suerte, no me incliné por ningún extremo y decidí forjar mi
propio camino. Dejar de lado las frustraciones familiares en cuanto a la pareja
eterna y buscar yo misma esa receta que me permita ser feliz.
Amor, pasión y relación estable son las tres vértices de un
triángulo amoroso que la sociedad se encargó de trillar. En los tiempos que
corren, la vida pasa por lo inmediato: donde todo es fugaz, donde todo es tener
y poseer, y sobre todo, donde todo se muestra. En estos tiempos pensar en
cultivar una pareja, en el crecimiento individual y la paciencia mutua parece
algo tirado de los pelos. Hoy, (casi) todo es motivo de pelea, de desconfianza,
de celos y de violencia. Actualmente, las parejas van y vienen. Están y no
están, se quieren y se detestan y ya nadie se detiene a pensar en el “amor para
toda la vida”. El amor hoy parece ser un bien más de consumo. Úselo y tírelo. La oferta de
parejas virtuales hace que todo esto sea mucho más volátil. Ya no importa
comprender y escuchar al otro. El amor perdió profundidad. Ya no se trata de
lazos ni de proyectos. Y eso se reduce a que cada día somos y estamos más
individualizados. El sistema lo logró. Penetró tanto en nuestra psique que ya
no se trata de escuchar, compartir y proyectar. Vivimos en la era del amor
virtual, pura exposición. Es cierto que la idea de amor eterno puede abrumar.
Pero lo cierto es que por relación de pareja solemos imaginarnos cosas muy
distintas. Desde la época de Platón el amor ocupó un lugar existencial en la
historia de la Humanidad. Y hoy en día siguen sin existir fórmulas para amar y
ser amado. Sí, hay aplicaciones que te ayudan a buscar a tu pareja ideal, pero,
¿será cierto? La verdad es que el amor para siempre sólo como una pantalla al
exterior es tristísimo. ¿Sabes la cantidad de parejas que siguen juntas sólo
porque se creyeron el cuento del amor eterno hasta que la muerte los separe? Si
no hubiese nada de todo esto, nadie tendría que escribir “10 consejos para
mantener tu relación” o “Tips para ser una pareja apasionada” o peor aún, “5
claves para sobrevivir al matrimonio”.
Y qué de la pasión. Acaso el amor se resume netamente al
plano sexual. ¿Por qué una conversación no puede suponer algo del romanticismo?
Me da la impresión de que en el amor ya está todo inventado. O al menos, dicho.
Y lo cierto es que cada persona vive el amor de una manera distinta.
Actualmente, muchas parejas se rompen porque la pasión no es la misma que en
los primeros meses de relación, pero, ¿es ese un motivo válido de separación?
Que distinto sería si uno pudiese hablar con su pareja de todo esto.
Sobre la mentira de la media naranja. Nadie necesita de
nadie. No es necesidad lo que hay ahí. En todo caso es deseo e intereses. Ganas
de pensar la completitud desde otro lado, pero no desde la necesidad.
Una relación de pareja es compañerismo. Es mirar al otro, es
entrega, escucha y comprensión. Amor es independencia. Es amar, pero también es
amarse. Las relaciones deben crecer. Tienen que quedarnos chicos para comenzar
a agrandarse Amar también es entender el paso del tiempo. El cuerpo cambia, la
belleza cambia, los gustos cambian. Tampoco la pasión va a ser la misma. Una
pareja crece en la medida que hable de lo que pase. Que sea sincera.
El amor puede ser vicioso. Los celos son hirientes y coartan
toda posibilidad de crecimiento y de disfrute. Las relaciones pueden teñirse de
violencia. Los mandatos preestablecidos nos pueden empujar al abismo. Y si eso
ocurre, los únicos que perdemos somos nosotros mismos. Amor no es dependencia
emocional. No es lucha ni sufrimiento. Tampoco es aislamiento.
Libertad. Eso debe ser el amor. Pero social mente se entiende
el amor como cárcel y esclavitud ¿Sos consciente de los valores que esas
afirmaciones transmiten? Me molesta vivir entre tantos estereotipos. El hombre
como pirata, la mujer sumisa, las lesbianas como moda, todo está clasificado.
En fin, supongo que amar es… Una relación de pareja es… Creo
que es una eterna búsqueda. Por suerte no hay fórmulas, ni regaderas mágicas
para que una relación crezca. Es ensayo y error. Es crear una identidad
colectiva sin prohibiciones. Amor es ser libre.“No
importa lo que dure. Créeme que no importa. Un minuto, un año, un siglo. Pero
mientras dure, que sea para siempre”.
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